....buena sombra le cobija.
Todos necesitamos en algún momento de nuestras vidas parar un segundo y descansar. La vida es cansada, llena de subidas, bajadas, días de lluvia, días de calor asfixiante...y de tanto en tanto, sentimos esa imperiosa necesidad de dejar de caminar. Entonces miramos a nuestro alrededor y buscamos un paraje donde relajarnos. A veces estamos tan cansados que nos vale cualquier paraje y cualquier árbol con tal de no tener que seguir andando.
Todos necesitamos en algún momento de nuestras vidas parar un segundo y descansar. La vida es cansada, llena de subidas, bajadas, días de lluvia, días de calor asfixiante...y de tanto en tanto, sentimos esa imperiosa necesidad de dejar de caminar. Entonces miramos a nuestro alrededor y buscamos un paraje donde relajarnos. A veces estamos tan cansados que nos vale cualquier paraje y cualquier árbol con tal de no tener que seguir andando.
Otras simplemente andamos ociosos y nos apetece sentarnos sólo unos minutos. Lo justo para reponer fuerzas, beber agua y seguir caminando.
Y en muy pocas ocasiones nos negamos a parar hasta no encontrar EL LUGAR. Eso implica largas jornadas de arduo caminar, bebiendo sobre la marcha, alimentándonos de lo que llevamos en nuestras mochilas. Jornadas de observar el paisaje disfrutando del camino y sabiendo que en algún momento encontraremos ese LUGAR donde pararnos, relajarnos, descansar, rellenar nuestras cantimploras...
Y obviamente cualquier árbol puede estar bien...sólo depende de lo que esperemos del mismo. Lo que no podemos es obviar lo evidente: LA MEJOR SOMBRA no siempre es la del PRIMER ARBOL QUE ENCONTRAMOS EN NUESTRO CAMINO.
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