lunes, 22 de noviembre de 2010

Santa inocencia....

Este fin de semana ha corrido vía Facebook un mensaje para que todos cambiemos nuestras imágenes de perfil por una de alguno de los personajes de dibujos animados de nuestra infancia. Dicen que el fin es celebrar la Semana de los Derechos de la Infancia.

Yo normalmente no hago mucho caso a las cadenas, sean del tipo que sea. Sin embargo, en esta ocasión, contagiada por la nostalgia de las imágenes que han ido poniendo mis contactos, he accedido.

Cuando pienso en mi infancia, en los dibujos que veía por televisión, me vienen Heidi y Marco. Sobre esto ya había escrito algo en algún otro rincón de la red. En mi época, los dibujos eran duros. Ambos niños formaban parte de una familia incompleta, donde la madre no estaba. Ellos, como la gallinita cocoua, tenían ahí una gran carencia que les hacñia tiernos a nuestros ojos.

Recuerdo especialmente a Marco. Ese niño pegado a su mono Amedio que recorre km y km en busca de su mamá. Yo recuerdo querer muchísimo a mi madre desde pequeñita. Acababa el capítulo entre mis lágrimas agradeciendo tener a mi madre en casa. Qué vida más fácil la mía, verdad?


Recuerdo lo reconfortada que me sentía en casa de mis padres, sabiéndome protegida de todo peligro. La vida entonces era tan sencilla para mí...sólo aquellos dibujos me mostraban otra realidad, del todo fantasiosa sí(un niño de 10 años recorriendo el mundo sólo mientras su padre y su hermano mayor se quedan esperando en casa?)...
Hoy nuestros niños viven una realidad menos inocente, menos infantil, menos tranquila...y se debe buscar mucho en la parrilla televisiva para encontrar unos dibujos que no exalten la violencia, la falta de respeto, el descaro...

¡ Qué fácil lo tenían nuestros padres!!!

2 comentarios:

Canichu, el espía del bar dijo...

en ambos casos no estaba ni la madre ni el padre.

Arual dijo...

Acertada reflexión, yo también recuerdo sentirme muy segura en casa y pensaba en el pobre Marco ahí buscando a su mamá, qué lloros xddd!!!