martes, 9 de marzo de 2010

Llenarse de vida..

Hoy he ido a comer sóla. Me he sentado en una de las mesas de una terracita próxima al trabajo. Me he pedido un bocadillo, mientras leía el libro que me regalaron mis hijos para mi cumpleaños, 'Un mundo sin fin'. El sol es vida. Sentir cómo se unen los placeres puede llegar a producir una inmensa satisfacción. Un cigarrillo, un buen libro y el sol calentando mi cuerpo.

Hacía mucho tiempo que el hábito de la lectura quedó atrás. Exactamente desde el día que cambié mi transporte diario de metro a moto. Claro, en la moto, ya no llevo el libro, y por tanto, ni siquiera en los minutos libres de la comida puedo leer. Sin embargo ayer dejé mi moto en casa, por el tema de la nieve, y hoy también. La sustituí por el libro, y puedo asegurar que si placentero es desplazarse en moto, placentero es poder sumirse en la aventura de otras vidas que no son la tuya. Curioso que sean placeres tan contrarios: el tiempo de moto es tiempo de pensar y el tiempo de lectura es tiempo de evadirse.

Quizás necesito una escapada...Mi vida ha cambiado mucho en los años que hace que tengo la moto. Quizás fuera ese el primero de los muchos cambios....Antes la vida era rutinaria: trabajar fuera de casa, atender dos niños pequeños, trabajar en casa....ni bueno, ni malo...sí que monótono. Ahora mi vida es una continua montaña rusa, infinita, de subidas y bajadas, de adrenalina buena o mala...de frentes abiertos a todos los niveles. Nada volverá a ser tan monótono como lo fue hace años. Y a pesar que se pueda leer que lo echo de menos y que me parecía mejor, permitidme que lo ponga en duda.

Tengo 41 años. Una experiencia de vida a mis espaldas que ya quisieran muchos. Y a pesar de haber pasado en el último año los que creo son los peores momentos de mi vida, siento que me estoy formando, que estoy aprendiendo, que de todo lo malo sale una buena lección. La vida es bella, y lo sabemos porque hemos visto la cara más amarga de esa misma vida. Por eso puedo sonreir tantas veces al cabo del día sintiendo cuántos momentos buenos me ofrece. He sentido estar al borde del precipio en varias ocasiones...pero ni he saltado, ni he sentido una fuerza de atracción hacia él...sino que he sido capaz, algunas veces con ayuda, de levantar la vista de ese vacío, y darme cuenta del paisaje. Un paisaje lleno de vida.

3 comentarios:

Arual dijo...

Buff!!

Liliana Sáez dijo...

Qué bueno que lo veas: el aprendizaje, el abismo... y poder elegir el paisaje lleno de vida.

3'14 dijo...

Una vez más parecen bifurcar en un punto nuestros últimas entradas ;)

Yo el domingo me fui sola al cine :D

Y mientras hacía tiempo me senté en un banco en la calle al solecito.

Y lo que me sentó todavia mejor fue decirle a mi ex en la cara: Yo también tengo una vida.