miércoles, 14 de enero de 2009

David Bisbal chantajeado

A David Bisbal le han intentado chantajear. Eso, al menos, es lo que escuché ayer en el telenoticias de no sé qué cadena. Parece ser que al triunfito de los rizos de oro - del que aún no entiendo cómo pudo dejar a Chenoa - un grupo de cuatro personas encabezados por una psicóloga, le craquearon su cuenta de correo de Internet.

Fíjense que eso me recuerda alguna experiencia que me gustaría olvidar, pero no puedo ni debo, ya que de los errores, dicen, se aprende. Cuando nos recomiendan poner nuestras contraseñas buscando un alto índice de seguridad, lo que nos están diciendo es que no es complicado dar con nuestra contraseña. También nos recomiendan que cambiemos periódicamente de contraseña, para evitar con ello también que sea fácil que nuestra correspondencia deje de ser confidencial a ser ‘cosa de todos’.

Parece ser que existen programas en la red que juegan continuamente con dígitos hasta dar con nuestro password….eso, claro, siempre que alguien NO INTEGRO tenga interés en conocerlo. Y es que, ciertamente, debe haber gente que no tiene nada mejor que hacer que meter sus narices en lo que no debieran, entre otras cosas, porque no les incumbe. Eso va más allá de la curiosidad por saber con quien se escribe alguien y qué se intercambia con esas personas. El interés económico ha movido a estos chantajeadores, pero ¿Qué mueve a tantas y tantas personas a infiltrarse en nuestros mails?

Hoy pensaba en lo fácil que era antes todo, cuando recibíamos nuestras cartas a través de correos y las podíamos guardar tras leerlas en una caja que luego iba al altillo. Ciertamente ocupaban un espacio en nuestras reducidas habitaciones…pero era un espacio al que sólo accedíamos nosotros….y eso, visto lo visto y vivido lo vivido, era más de lo que ahora podemos conseguir en nuestro espacio virtual, donde todos podemos acceder a lo de todos, dejando en evidencia lo rastreros que podemos llegar a ser.

2 comentarios:

Redactor Jefe dijo...

Hay varias formas de conocer el password de alguien, por "fuerza bruta", utilizando un diccionario de palabras comunes que se suelen elegir a la hora de escoger una contraseña, y por ingenieria social, basandose en el conocimiento del objetivo. Por eso hay que poner contraseñas que no se relacionen con nosotros.

De todas formas ni la correspondencia tradicional es segura. Yo tenia una vecina que me abria las cartas del banco, cotilleaba y luego volvia a metermelas en el buzón.

El problema no es el medio, son las personas.

Fle dijo...

Yo creo que es más fácil que te lean una carta física que un correo electrónico porque, como bien dice Dani, el problema son las personas y suele ser que, quién te chafardea y tiene ese tipo de interés morboso por saber de tí, suele ser alguien que, además está cerquita y tiene acceso.

Es triste no fiarse uno ni de su sombra, aunque tanto interés por que no vean quizá tenga que ver conque algo tenebroso tenemos que esconder, no?

A saber.