Pues de la desazón a la indignación. Estados de ánimo que había sentido en otras ocasiones pero que nunca habían sido provocados en tan poco espacio de tiempo y por la misma persona. Indignada y dolida. También decepcionada, aunque si lo pienso friamente no debería decepcionarme que siga igual que hasta ahora. Después de todo, uno sólo cambia si el deseo de cambio viene de dentro. Y es fácil darse cuenta que es más fácil sentarse, acomodarse, olvidarse y dejar que la vida siga pasando, de nuevo, como tantas veces antes.
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5 comentarios:
Hay otro mundo un poquito más allá de ese círculo vicioso que te está envolviendo, cuesta pasarlo, pero se puede. No sería egoísmo escaparte, sino instinto de supervivencia. Somos muchos los que te esperamos de este lado. Un abrazo gigante y toda, toda mi comprensión.
aupa, Lena, y no te pasan otros sentimientos más reconfortantes? no te creo.
Ánimos!!!
¿...?
ups
te comprendo perfectamente guapa....
Al final verás la luz, de verdad, te lo prometo!
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