sábado, 17 de abril de 2010

Te trataré como a una reina...

No he leído el libro de este título, sin embargo muchas veces me ha venido esta frase a la cabeza e incluso a los labios, siendo a veces susurrada y otras veces dicha con deseo.

Cuando yo era pequeña en alguna ocasión soñé con ser una princesa. El personaje de la princesa en los cuentos siempre era adorable. Una princesa es bellísima, dulce, cariñosa, amable, bondadosa...y vestía muy pero que muy linda. La princesa daba igual cuánto tardara y lo que le pasara por el camino, porque al final siempre llegaba un príncipe, que era igual de guapo, amable, cariñoso y dulce que ella. Así que el príncipe de porte maravilloso acababa besando a la princesa y eso era garantía de felicidad de ahí en adelante.

En la vida real, conforme fui creciendo, me hice a la idea que yo acabaría siendo como una princesa. Y ese día sería el que un apuesto 'príncipe' me besara frente un altar, vestida de blanco. Cuando conocí a mi marido confié que ese día llegaría y que todo a partir de ahí sería como un cuento.

Obviamente, de eso hace 20 años, me di cuenta que lo que esperaba de un príncipe no me lo iba a dar el mío. Quizás idealicé la figura masculina como icono de protección. Sí, creo que eso es lo que más me defraudó...ver que tu príncipe no velará por tí y por tus intereses de por vida...es más, quizás ni desde el primer día (afortunadamente no fue mi caso).

Luego los años y la REALIDAD me hicieron forjarme una nueva idea: nadie me amaría nunca tanto como me debía amar yo misma.

Y apareció alguien que me hizo sentirme como una reina, y supe que existían ese tipo de hombres...pero no fue para mí, cosas de la vida...

A fecha de hoy debo decir que me gustaría sentirme como una reina, y que conseguir ese estado es algo sencillamente DELICIOSO, y hablo porque lo he vivido y no hace demasiado de ello. Pero también que como todo lo bueno, es efímero, y acabamos siendo obreros y obreras, lejos del protocolo de palacio. Pero no por ello, renunciaré a volver a sentirme la reina...aunque hasta que llegue ese momento tenga que limpiar el palacio desde mi posición de Cenicienta.

No hay comentarios: