Sonrisas y lágrimas

Así podríamos resumir algunas de las charlas que tenemos tú y yo. Pasamos de la risa al llanto, mientras ponemos palabras a todo lo que sentimos. Entre nosotras hay un vínculo especial, diferente...yo, al menos, así lo siento. De la nada hemos pasado al todo sin saber en qué punto se inició ese cambio. Ahora sé que puedo contar contigo para todo.

Las circunstancias personales nos han llevado a tener esa flexibilidad para adaptarnos a horas intempestivas de complicidades. En unos días hará dos años que viviste conmigo el fin de semana más especial de mi vida, recuerdas?

Ahora eres tú la que está de bajón. La vida no te ha tratado bien a pesar de no haberte tratado mal. Curioso, no? En estos momentos tu vida está desordenada, alborotada...y necesitas ese sosiego que imaginamos a los 20 que tendríamos a los 40. Nos engañaron. Nos equivocamos. Pensábamos que nosotras a los 40 tendríamos una vida como la de nuestros padres, de una estabilidad casi inalterable. Pero los tiempos han cambiado y las personas también. Nos hemos visto obligadas a vivir experiencias que van en contra de nuestros principios...La lucha interior te tortura. Y no hay lucha peor que la que uno establece con él mismo, te lo digo yo. Y por si fuera poco, añadimos a la fórmula el contiuo sentimiento de culpa y del deber. Caos, conflicto y guerra.

Tienes una asignatura pendiente que es saber decir NO, por activa y por pasiva. Ser tan 'buena persona' se paga a un precio caro. Mírate, cuídate y disfrútate. Vuelve a tomar las riendas de tu vida. Y aquel momento que aún te destroza pensar y que continuamente vuelve a tu presente, debes zanjarlo. Ya pasó. Tomaste una decisión y ahora haz las paces contigo misma. Perdónate y deja de juzgarte. Sabes que nadie más te juzga y que hagas lo que hagas en cada momento, estaré a tu lado de manera incondicional. Aunque eso implique que te conviertas en la 'gitanilla' de un 'killo' golfo de tu adolescencia.

Pa ese killo y vuestra historia.