Pues sí...andando andando llegué a los 30 años.
Semanas antes de cumplirlos volví a hacer un balance de mi vida. Qué soy? Quien soy? Dónde estoy? Qué tengo? Todas las respuestas me llevaban a un estado de plenitud y euforia. El recuento era para dar saltos de alegría. Y así se lo hice saber a quien compartía conmigo la vida en esos momentos. Era tan afortunada, que tenía lo que muchos tenían a los 40 pero con 10 años menos. Y para ello había tenido que remar contra corriente en algunas cosas, trabajar mucho y eludir toda aquella diversión que implicara irremediablemente gastar dinero. (Mira! como ahora que estamos en crisis...).
El caso es que me encontraba totalmente realizada en mi faceta de mamá de dos pequeños de dos años y de 8 meses. Era mi sueño de siempre hecho realidad. En otros ámbitos: seguía fija en la empresa desde hacía 6 años, tenía mi hipoteca pagada y un marido que era mi novio de toda la vida. ¿Qué más se podía pedir?
(Ahora, a tiro pasado, se me ocurren muchas cosas, pero entonces...me encontraba más que satisfecha).
Y a pesar de mi euforia por ese cumpleaños en concreto, pasó sin pena ni gloria. Ni fiesta sorpresa, ni celebración familiar, ni nada de nada de nada. Fue un cumpleaños cualquiera. Y eso me creó frustración, decepción....y quizás fue eso lo que me hizo dar con otras preguntas que no me había formulado anteriormente....
Las preguntas que me faltaron aún tardaron en llegar. Pero como todo en esta vida...acaba llegando tarde o temprano. Y como dice el refrán ' A cada cerdo le llega su san martín'. Y el mío, lógicamente, también llegó.
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2 comentarios:
feliz cumpleeeeeeeeeeeeeeeee
Muchas, muchas felicidades!!!!
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